La señorita Else


Titulo original: Fräulein Else
Autor: Arthur Schnitzler
Traductor: Miguel Saenz
Editorial: Acantilado

Muy curioso el caso de La señorita Else. Uno de esos libros distintos a los demás y que nos ofrece una visión no muy común en narrativa. El lector se sentirá significativamente dentro de la protagonista, pues todo el libro está escrito de tal manera que sólo se transluce el mundo a través de la mente de ella. Sus sentimientos, sus pensamientos, aquello que ve o que capta por cualquier de sus sentidos, todas sus sensaciones son retransmitidas, como de forma taquigráfica, a estas paginas, testimonio fiel de su situación.

Realmente el argumento es muy sencillo. Encontramos a al señorita Else, joven de dieciocho años, tomando unas vacaciones con sus parientes ricos en un hotel de las montañas. Su familia más cercana se encuentra en un gran aprieto económico y judicial, por lo que escriben a Else esperando que de alguna manera ella les ayude influyendo en un viejo conocido de la familia. En este contexto todo se desarrolla en el mundo mental de la protagonista. Else, que ya tiene problemas típicos de su edad, se ve atormentada por la petición de sus padres, por lo que podría ocurrir si ella se negara a ayudarles, por las consecuencias de si decidiera lo contrario. La presión, el coágulo de pensamientos que se va formando en su mente, se convertirá en desencadenante de una especie de locura, en un ataque de histeria que el lector podrá ir viendo como se desarrolla hasta su trágico desenlace, algo de lo que uno se va preparando nada más comenzar a leerlo.

La señorita Else se trata de una novela corta de fácil lectura que, sin embargo, habla de temas muy trascendentales. Especialmente el punto de vista es el que puede turbar al lector. La sexualidad, la locura, la muerte, los roles sociales, lo aparente y la dignidad, los valores personales y el peso y el deber para con la familia son colocados en estas pocas páginas de forma que el lector no se limite a leer por pasar el rato, se verá obligado a cuestionarse muchas preguntas. Muy fácilmente uno indagará en la artificialidad del mundo de la señorita Else, que muy fácilmente puede hacerse un paralelismo con el nuestro. Else está condenada, porque Else no sabe escapar de ese impuesto que se le ha cargado sobre los hombros sin que ella lo sepa. Ya al comienzo de la obra se puede sentir en su persona un algo oscuro, que no se precisa, pero que está allí.

Destacar por fin el trato del lenguaje (y el trabajo del traductor) que consigue crear lo que es todo en el libro, lo que no se dice, la sensación que sabe producir en el que lee esas páginas.

Nota de la biblioteca: 7, recomendado para los amantes de la literatura

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