Las puertas de la percepción. Cielo e infierno


Titulo original:
The Doors of Perception and Heaven and Hell
Autor: Aldous Huxley
Editorial: Edhasa 2006
Traducción:
Miguel de Hernani

Si las puertas de la percepción quedaran depuradas, todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito.

Con esta cita de Blake, Aldous Huxley describe con precisión lo que vamos a encontrarnos en las páginas de su ensayo sobre su primera experiencia con la mescalina (principio activo del divinizado peyotl mexicano) a mediados de los cincuenta. Era la época en la que los alucinógenos (gracias a la síntesis del LSD) comenzaban a abrir una nueva puerta o dimensión para la concepción de la realidad en el mundo de la ciencia profesional, para más tarde quedar desterrados a la incomprensión y diabolización social, cuando pudieron haber supuesto la solución directa a infinidad de problemas mentales tratados en el mundo de la psicología (sobre todo en relación a la esquizofrenia). La controversia es total, pero parece que desde entonces no hay cabida al diálogo para todo aquello clasificado como droga, y mucho menos si hablamos de sustancias químicas que inducen al ser humano a nuevos e inexplorados estados de conciencia. La prohibición fue (es y será) la respuesta política al miedo que provoca lo desconocido, a todo lo que arroja dudas sobre la realidad que conocemos y aceptamos como verdadera e incuestionable (nada más lejos de la misma). Aunque una cosa está muy clara: las drogas no son la respuesta a nada, sino una herramienta en pro de la comprensión. Poco después de las experiencias con la mescalina (a mediados de los sesenta, para ser un poco más específicos), se puso la traba definitiva a la investigación científica con sustancias alucinógenas, a cuyo hecho contribuyó la popularización y el consumo clandestino de este tipo de drogas (en el entorno del movimiento hippie, por ejemplo).

Como decíamos, una década antes Huxley nos hablaba abiertamente sobre sus experiencias con la mescalina (cuyas investigaciones como alcaloide databan de principios de siglo) en este ensayo en el que mediante comparaciones y referencias artísticas y culturales nos describe sus visiones e interiorizaciones y nos acerca a esa otra realidad a la que él llama la del no-mismo (en contraposición a lo que las personas perciben de la realidad cuando son sí mismas). La trascendencia del yo, la eliminación de la barrera sujeto-objeto y las consideraciones sociales y psicológicas en relación a todo ello son temas tratados por Huxley en este libro. Poco después de éste publicó Cielo e infierno, otro ensayo sobre experiencias alucinógenas. Como siempre, las drogas y, más concretamente, los estados alterados de conciencia van de la mano con palabras y expresiones de significaciones tan poco evaluables objetivamente como la de experiencias místicas, religión(con la que encuentran una relación histórica directa) y divinidad o dios. Las analogías están más que estudiadas.

Nota de la biblioteca: 10, sin duda un libro indispensable para todo buscador sin prejuicios de la naturaleza del mundo, de la realidad y del origen de la estructura de la mente humana y sus posibilidades.

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